Corazón solitario y loco. Desbocada la melancolía recorre su alma, y su mente la surcan pensamientos dispares, ambiguos. No siendo más que un niño perdido, asustado, débil, sucio y desprotegido. Vulnerable a las macabras risas que se escabullen por entre el murmullo de la noche.
Todos somos ese niño, por siempre perdido en el oscuro camino de la vida. Desorientados, nos aferramos a una aparente estabilidad que se tambalea con cada vaivén, peligrando la frágil estructura. La gran ironía. Caminamos, nunca dejamos de caminar, nómadas, buscando un equilibrio que nunca llega. Por que somos cambio, somos viento, somos risas, somos más que recuerdo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario