sábado, 22 de marzo de 2008

La Ruleta de la Fortuna

Tú te quitas la ropa, yo me vuelvo majareta…

 

Tantas veces he oído esa frase en mi cabeza golpearme una y mil veces… una y mil veces…


Al mirarme en el espejo no veo más que un gesto pálido y demacrado por la noche. “Aprovecha las confusiones que ofrece la noche” dices. Pero a la hora de la verdad, te deshaces de la realidad, vuelves la mirada a la nada y me hablas de cosas que no me interesan… por que me interesas tú.

 

Y a pesar de todo; de aquellas noches en el baño entre risas y humo, te siento en mí. Quisiera poder tenerte, al menos, una noche. Sin embargo, el tiempo ha pasado, suficiente como para que me vuelva majareta pensando que vas a quitarte la ropa para mí.

 

Dices que son tuyas, que “todas” son tuyas. Te huelen, te buscan, te encuentran, te miran, te desean… tú me deseaste. Me guardaste hasta el último momento y me dejaste con la miel en los labios. El juego, el vicio, el morbo… es lo que te gusta. ¿Te gusto? ¿O es el juego que te doy? Son demasiadas las veces que lo he podido pensar, recapacitar, analizar, dictaminar…

 

Prohibido mirar el reloj.

 

Pero ya son las seis. Como siempre, esperando que regreses, me llames, me gire y te mire. Correr, besarte, abrazarte, tenerte, quererte, suspirarte…

 

Esnifarte; tu olor, tu sabor, tu fuerza, tu dulzura…

 

Y me duele pensarte y no tenerte.

 

Solo pido una noche más a tu lado. Volver a acurrucarme entre tu cuerpo desnudo. Sentir sobre mi piel el gemir de la tuya, y tu aliento, cálido, sobre mi boca.

 

No volverás. Te pedí que no volvieras.

 

La lluvia me acompaña esta noche y aunque quiera no podré acariciar la luna. 

viernes, 21 de marzo de 2008

El ejército de las Sombras

La luna llena observa, sentada en su neblinoso trono dicta el Destino del caminante sin rumbo. La brisa nocturna mece con arrullante suavidad las copas de los árboles, compañeros silenciosos de una marcha, de un Adiós, de los pasos de un viajeros sin vuelta atrás.

Corazón solitario y loco. Desbocada la melancolía recorre su alma, y su mente la surcan pensamientos dispares, ambiguos. No siendo más que un niño perdido, asustado, débil, sucio y desprotegido. Vulnerable a las macabras risas que se escabullen por entre el murmullo de la noche.

Todos somos ese niño, por siempre perdido en el oscuro camino de la vida. Desorientados, nos aferramos a una aparente estabilidad que se tambalea con cada vaivén, peligrando la frágil estructura. La gran ironía. Caminamos, nunca dejamos de caminar, nómadas, buscando un equilibrio que nunca llega. Por que somos cambio, somos viento, somos risas, somos más que recuerdo.

jueves, 20 de marzo de 2008

Puro Ritmo

Aquello del no saber cómo empezar.

De camino a casa y piensas. Piensas una y mil veces, en lo mismo, en derivaciones de eso mismo. Por una parte el corazón te tira, pero la cabeza te frena. Esa cabeza que lleva horas ausente, vaga, distraída, poco elocuente. Y a pesar de todo, es capaz de reprimir un corazón impulsivo, ardiente, indomable.

La dualidad del todo y la nada. La extrema humanidad y la extrema frialdad, el cálculo de la vida. La intensidad del momento contra la ambición de la eternidad. El sufrir versus la comprensión.

Te encontré una noche. Me miraste, me sedujiste y me conseguiste. No he llevado la cuenta, no se cuanto tiempo debe haber pasado. Lo importante, es que has vuelto a mi lado.

La primera noche me hiciste tuya, no aceptaste un NO. Con el tiempo, apaciguaste tu instinto y en las noches me abrazabas, me acariciabas. Ahora, siento que no eres mío. ¿Será por qué realmente tu corazón pertenece a otra? ¿Aquella a quién solo puedo envidiar ahora que el deseo es solo mío?

No es justo, y lo sabes. 

Y te ríes, me provocas, sigo tu juego y me abandonas.

No soy más que una mirada cómplice, una sonrisa pasajera, un beso prohibido, vedado... del que no quieres huir... que anhelas, que suspiras, que envidias, que deseas...

Pero cuando lo tienes, lo olvidas.

Entonces, vuelvo a casa inmersa en un mar de pensamientos neblinoso, espeso, confuso... no eres nada, ¿pero lo eres todo? Ni ahora, ni nunca... me engaño... por que esta noche, como otras... mi corazón late con fuerza, y en mi garganta se anuda el sentimiento de la desesperación... sabiendo, que a pesar del tiempo... nunca fuiste mío.

Eres puro ritmo, eres vaivén, eres brisa, eres vermut... eres una gloria perdida.

Pero recuerda, Genio y Figura.

domingo, 9 de marzo de 2008

La Vida después de Dios

El tiempo se descuenta de la hora final que amenaza con marcar el reloj. Los gruñidos de las agujas se ciernen sobre mis pensamientos dispersos y mis ojos, cansados, juegan a divagar entre la penumbra. Me cuesta tanto centrar la mirada, evitar que mis dedos tecleen, pensar embriagada por el aroma de la nostalgia en todo aquello.

El tiempo... extraño concepto el del tiempo, necesario para concebir la realidad que se nos impone por defecto y contra el que he desarrollado la fobia del paso del tiempo. Pero eso, es divagar demasiado. ¿O no? A fin de cuentas en un tiempo estuvimos juntos, aunque ha sido el paso del tiempo el que nos ha destruido. Latente causa de nuestro fin.

A mi alrededor toman forma momentos olvidados gracias al suave humo; odiabas este olor. Las palabras no dichas se apoltronan en mi garganta, sin dejarse salir. Ya es tarde para ellas. Y en mi corazón palpitan todavía las tuyas; a pesar de que mi cabeza las niega. Es tan extraño esta vez. El tiempo me ha dado la fuerza y la seguridad; no he vuelto a llorar cuando creí que por ti lo haría.

Y sin embargo, todavía recojo del suelo los pedazos de los sentimientos quebrados por aquel al que llaman Amor; acompañado siempre de la hermosa Locura y la efímera Felicidad. Entre lágrimas los recogí una y mil veces, esta vez, tan solo mi corazón te ha llorado. Y mis manos, firmes, van restaurando mi alma.

xxx

Y mi atardecer volverá a ser caoba, y la luna brillará en mi ventana. Aquella luna cómplice y compañera. Y el mar volverá a preguntar por ella a las estrellas, celoso de que una vez más, vuelva a ser mía.